La recesión de la encías puede estar causada por la enfermedad periodontal o por un cepillado demasiado agresivo. Independientemente de su causa, la recesión deja expuesta parte del diente que no está preparada para estar en boca. Esto supone que sea más sensible a cambios de temperatura e incluso que se desgaste con el cepillado, pues no cuenta con la protección del esmalte. Además de las molestias, la recesión es antiestética.
¿Existe tratamiento de la recesión gingival?
Para comenzar el tratamiento de la recesión gingival, es importante que determines la causa para evitar que vaya a más o se repita. El diagnóstico de periodontitis o adquirir nuevas técnicas de cepillado será fundamental, así como usar un cepillo de dureza media o suave.
En recesiones leves, bastará con solucionar la causa para notar mejoría, aunque las encías no se regenerarán por sí solas. Esto supone buscar solución para tratar las recesiones más graves.
Cirugías para la recesión
Una vez controlada la causa, has de saber que existen cirugías periodontales cuyo objetivo es restaurar la encía y devolverle su apariencia normal. Esta intervención mínimamente invasiva, consiste en que el paciente recupere la integridad de la encía. Durante el tratamiento, el paciente permanece despierto y solo es necesaria la aplicación de anestesia local. En unos días de recuperación el resultado es realmente estético y la nueva encía cumple su función protectora.
No tratar las recesiones, puede hacer que se agrave la situación de forma rápida. Tanto tu salud como tu vida social se verían seriamente afectadas. Puede suponer incluso consecuencias tan indeseables como la pérdida de piezas dentales, ya sea por una periodontitis sin tratar o por el desgaste del cuello del diente. Este último debilita el diente pudiendo causar una decapitación de la pieza dental. Para evitar que tu calidad de vida se vea afectada no dudes en poner remedio lo antes posible.