Una buena salud bucodental empieza por unas encías sanas. Ellas pueden dar la primera señal de alarma cuando algo no marcha bien. Si presentan excesiva coloración, irritación, sangrado o dolor, debemos acudir a nuestra clínica dental para evitar problemas más serios, como gingivitis o periodontitis.
Cómo prevenir el sangrado de encías
Cepillado
Una de las causas del sangrado de encias es una higiene dental deficiente o incorrecta. El cepillo de dientes no debe tener las cerdas excesivamente duras para evitar irritación o lesiones. La acumulación de restos de comida en las encías produce inflamación, por lo que la utilización de seda dental es complemento imprescindible al cepillado.
Placa bacteriana
Incluso cepillándonos los dientes a diario, en ocasiones se forma placa. Llegados a este punto, no es posible su eliminación mediante el cepillado manual y debe ser retirada por un dentista.
Las bacterias que forman la placa se depositan no solo sobre la superficie de los dientes, también en las encías y bajo la línea de estas, pudiendo producir la temida gingivitis y, en casos más severos, periodontitis. Si profundizan en la estructura del periodonto, pueden acarrear la pérdida de piezas dentales. Por esa razón, se recomienda realizar una limpieza bucal profesional al menos una vez al año.
Alimentación equilibrada
Hay una serie de vitaminas que intervienen directamente en mantener en buen estado las mucosas y tejidos blandos de nuestra boca.
La vitamina A previene la sequedad y ayuda en la cicatrización. La vitamina C estimula el sistema inmunológico, clave para luchar contra las infecciones, interviene en la síntesis de colágeno y es también clave en los procesos de cicatrización. La vitamina E es otro poderoso antioxidante y bactericida. Por otra parte, déficits de vitamina K influyen negativamente en la cicatrización y propician el sangrado de las encías.
Estas son sólo algunas recomendaciones. Para más información, ven a visitarnos.