La ortodoncia es la rama de la odontología enfocada a prevenir y corregir las alteraciones de las arcadas dentarias. A la larga, dichas alteraciones morfológicas crean también problemas de masticación y defectos faciales.
Algunos de los fenómenos más comunes son la sobremordida, los diastemas, el apiñamiento o las malposiciones. En la actualidad, tales problemas se solventan con los brackets tradicionales o con el método de Invisalign.
Ortodoncia tradicional:
Los multibrackets se componen, bien de metal, bien de zafiro blanco. Se cementan a cada uno de los dientes y se conectan entre sí mediante un alambre. En la actualidad, existen también los de baja fricción, los cuales permiten un movimiento dentario más rápido y eficiente.
No obstante, en última instancia, el dentista es el encargado de la magnitud que se debe aplicar sobre cada pieza dental, en función de la fuerza estimada para la masticación u otros movimientos. Además, los tratamientos con ortodoncia tradicional suelen durar bastante en el tiempo.
Invisalign:
Frente al clásico aparato de metal, Invisalign posee una ventaja principal: resulta invisible. Por tanto, a nivel estético, es una de las opciones más demandadas.
A tal efecto, los alineadores son transparentes y se realizan a medida de la boca individual del paciente. Sin embargo, se debe tener en cuenta que estos solo pueden utilizarse por un lapso de dos semanas. Transcurrido este tiempo, se deben renovar en función de la posición nueva de los dientes. En consecuencia, se adaptan continuamente a la boca y pueden quitarse a la hora de comer o de cepillarse los dientes.
El tratamiento con Invisalign dura menos que uno tradicional con brackets, aproximadamente de 6 a 18 meses. Además, se emplea software de última generación para saber con exactitud la fuerza que debe ejercerse sobre cada diente en concreto.
Es fundamental, igualmente, que el odontólogo cuente con experiencia contrastada, como la ofrecida por la clínica Control Dental Europeo.